sábado, 1 de noviembre de 2008

Ejercicio n 09 (en pro-sa(greso )


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Primera parte








Tal vez nada tuvo sentido -como con casi todas las cosas del mundo civilizado. Ni siquiera su tragicómico final y las circunstancias que lo gatillaron. Todo parecía no ser más que un pretexto, como si los astros se alinearan en favor de una broma genocídica en su contra -una confabulación celestial, pensó en algún- fugazmente, claro- instante, fortuito, que truncaría la realización de una obra maestra -su obra maestra, en el amplio y sacrosanto sentido, como le llamaba en sus concéntricos paseos por las zahurdas de su mente, en perpetuo movimiento. Una vez en el exterior, decíale a sus amigos: Estoy a punto de parir -como una embarazada, idiotizada por la beatitud de su estado- mi obra maestra.




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Segunda parte









Se pasó casi toda la noche contemplando el firmamento, intentando descifrar de la muerte de las estrellas y el nacimiento de la geometría que se desprendía de semejante milagro cosmogónico, el signo encerrado que, según se decía, estaba destinado para la realización de su sino ineludible. Algo había allí y debía descifrarlo. El terrible escalofrío que precede a la epifanía recorrió todo su cuerpo. Debía irse. Encerrarse en el eriazo de su imaginación y esperar. Volvería con el rostro encendido. O en el peor de los casos, quemado por el sol del desierto: “Amén”-dijo, y partió.















Tercera parte









Llevó consigo tres cantimploras con tres litros de agua cada una. Tres. Y cinco lamentaciones. Ni un sólo bocado. Ayunaría durante tres días y tres noches. Tres. Y no llevaríase a la boca ni un solo alimento. Solamente tres cantimploras con tres litros de agua cada una. Y cinco lamentaciones. En medio del desierto esperaría, no al león ni a la serpiente, sino "la voz". Debía estirarse sobre una costilla durante el día y, durante la noche, mientras diminutas y fugaces líneas se dibujaban y desaparecían casi en el preciso momento en que ello sucedía, sentarse y esperar sin separar la mirada del astrológico espectáculo. Nada más. Y esperar…

En la tercera noche del tercer día…










7 comentarios:

fliba dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
fliba dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Eliana Guedes dijo...

hola, pedro
soy eliana
hay mucho que ver y escuchar en tus creaciones

bello!

a veces escribo en español tb

hasta pronto

Eliana Guedes dijo...

pedro

por supuesto que podes agregarme en tus enlaces, me alegra mucho!!!
y a mi tb me gustaría agregar tu blog en los míos para que conozcan mis amigos de brasil las creaciones desde chile, díme si me autorizas
espero que mi español esté bueno

saludos desde acá

fliba dijo...

oh, margot.







y yo hice todo esto/eso.


Terrifle.

eres un buen prosero, pero no era para tanto Talía.

Eliana Guedes dijo...

hola pedro

hoy he leído una vez mas tu ultimo post. que lindo!

saludos de brasil

Eliana Guedes dijo...

pedro
tanto gusto leer tus comentarios, tener un lector como vos es un honor de verdad. de mi parte, no sé concientemente lo que hago en el dibujo, sé lo que me lleva a él, eso sí, y debo decir que pienso en tus consideraciones acerca de los colores y intento trabajar más entre los tonos pienso que ahí hay algo que me revela, simplemente.
un abrazo, espero tus nuevas creaciones